Pablo Funes estuvo desde el domingo a la noche en Torres y Liva. Desde el aire captó imágenes impactantes del fuego. Cuenta su experiencia.
Fue el primero en toparse con las columnas de fuego y mostrarle a la ciudad y al país la real dimensión del incendio que redujo a escombros la distribuidora Torres y Liva y 47 departamentos de la zona.
En cuestión de minutos, las imágenes del drone de Pablo Funes, que acompañó la información que la página web de LA CAPITAL publicó minuto a minuto, eran compartidas en grupos de WhatsApp y cuanta red social habitada por marplatenses. La primera galería de imágenes publicada por este medio en su versión digital, a la 1.08 de la madrugada, tuvo, sólo en Facebook, más de mil compartidos. La difusión se multiplicó con el correr de las horas.
“Me había acostado a descansar cuando Marcelo Pasetti (subdirector del diario LA CAPITAL) me llamó para contarme lo que estaba pasando. No lo dudé ni un segundo y salí disparado. Cuando llegué, no podía creer lo que se veía”, dijo Funes, al recordar los primeros minutos del hecho.
Al llegar, los cordones de seguridad le impidieron el paso a tres cuadras del incendio. Alrededor de él, ya decenas de vecinos se agolpaban en las esquinas en búsqueda de respuestas y presas del terror que el fuego les generaba.
Pese a las dificultades de la distancia, que luego pudo sortear, la perspectiva desde el aire terminó siendo fundamental no sólo para los medios de comunicación, sino para las distintas fuerzas que participaron de los operativos para sofocar el fuego. “En varias oportunidades, autoridades se acercaron a mí para ver el panorama que se veía desde el aire. Desde allá arriba la perspectiva era otra: podías ver realmente lo que estaba pasando en toda la manzana”, indicó, y aseguró que los propios vecinos pedían ver las imágenes para evaluar el nivel de riesgo que sufrían sus viviendas. “Lo que se vivió ahí fue muy fuerte”, dijo.
Su trabajo en el lugar se prolongó hasta las 4 de la mañana, cuando decidió hacer un descanso que terminó durando poco. “A las 5 volví. La adrenalina de lo vivido y el deseo de contar lo que estaba pasando era más grande que el cansancio”, señaló.
Funes también sabía que su trabajo en el lugar podía servir para mucho más que para la difusión. No sólo era, junto a otros reporteros gráficos de la ciudad, los ojos de la gente en el lugar; también contaba con un equipo que fue elemental a la hora de recuperar objetos valiosos.
“Le puse una Go Pro en el pecho a uno de los bomberos que subieron a rescatar los gatitos de una vecina y diferentes objetos y documentos en los departamentos que todavía están en pie. Las imágenes de cómo está la estructura eran de utilidad”, indicó.
Pablo Funes trabaja con su drone desde marzo de 2015, cuando obtuvo el título de piloto certificado. Desde entonces, ha aportado en las coberturas de grandes eventos como el incendio de Caromar y el Marquesado, aunque aseguró que, según su visión, el incendio de este domingo fue “descomunal” por su “magnitud y consecuencias”. “Estar en el lugar en donde pasan las cosas y poder aportar una perspectiva diferente es siempre mi objetivo”, concluyó.